Los domingos no pasa el cartero

No sé cómo ni porqué,
pero este año
me pudo la lucidez.
¿Madurez? ¿Miedo?.

Otros años, salía de casa disfrazada de vampiro
bajo la máscara de cualquier dibujo animado
o ilustre personaje.
Salía a hincar el diente a todos esos fantasmas.
De madrugada, regresaba llena de sangre.

No sé cómo, ni porqué,
este año
temí más que nunca la embriaguez.
Desarmada,
la ovejita descarriada se quedó en casa
mientras los lobos pastaban a sus anchas.

A la espera de una carta.
El cava, señores, para después.



Chole._ ¿Te has acordado de mí?
Fernando._Todo el día.
Chole._¿Por qué no me has escrito?
Fernando._ Te escribiré a la noche.

Prohibido suicidarse en primavera, A.Casona

 

3 comentarios:

Sr. D. Javier de García dijo...

Y yo de nuevo trabajando... con lo bien que sienta la sangre de fantasmas...

NubOsidad VaRiable dijo...

No siempre, yo menos mal que me quedé en casa, de no haber sido así fijo que vomitaba todo.
Aún te queda la posibilidad del Carnavalito...

Elchiado dijo...

Fácil, porque aluegoooo cuando pasa, el cartero siempre llama dos veces... con todo lo que ello implica...

Te dejo asquí un beso tendido... si ves que está mu húmedo aún y te da frío echártelo encima, lo arrimas a la estufa un rato... que es que ayer casi se me ajoga el corasón con la de agua que me cayó por ahí...