"Las sandalias de San Miguel descalzo")
Saber que alguien piensa en tí
todos los 29 de septiembre
de todos los años,
después de tantos años.
A la espera de un beso robado
o de un interminable abrazo.
Saber que apareces
con frecuencia en sus sueños.
Paseando caderas.
Regalando estrellas.
Príncipe de un reino imposible
que no cesa en la batalla,
mientras espante a los cuervos
que se quede junto a mi cama.
Como un ángel caído.
En ocasiones se disfraza.
San Miguel o Lucifer.
San Miguel y Lucifer.
Y viceversa.
Sus alas son ahora mi esperanza.
Paupérrimamente.
¿Caer en él para salvarse?