Mi abuela también comió Pan Negro

Hace unos días ví Pa Negre.

Volví a llorar como lo hago
cada vez que monto en un tren
y pienso en quienes fueron deportados.

Hace unos días me sorprendió el timbre de casa.
Raras veces suena.
La Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica 
me invitaba a participar en el Homenaje a las Víctimas
de la Guerra Civil en Venta de Baños.
Al parecer, tres años antes habían encontrado en una de las fosas
a mi bisabuelo materno, 
cuyo nombre  yo desconocía por completo.
(qué frágil la memoria de una abuela huérfana a los 2 años)
 
Y me piden que ese día diga unas palabras.
Y en ese momento, no le encuentro mucho sentido.
(Por varios motivos)
Sin embargo hoy, hubiera dicho muchas que he callado.
(Porque me dan grima los políticos)

Yo empecé a ser consciente del daño de la Guerra
a través de la voz "encarcelada" de un poeta alicantino,
sin saber que mi bisabuela estuvo en la misma cárcel.
Yo me enteré de la Guerra
a través de Miguel Hernández.
De mi bisabuelo, poco sabía.
Lo mismo que contaba el resto.
Lo mismo que veía en las películas.
Solo que un día se lo llevaron los rojos

y nunca más se supo de él.

Desde entonces, mi bisabuela
quedó viuda antes de tiempo,
para el resto de su larga vida
y no por falta de pretendientes.

Hace unas horas
me acabo de enterar que él
trabajaba en la Briquetera,
(de ahí me vendrá la fascinación por el ferrocarril)
que formaba parte del Socorro Rojo,
que rescataba del río
los cadáveres de otros fusilados antes que él,
que pudo marcharse a Santander, su tierra
(mi hermano ya sabe el por qué de sus manos grandes)
y sin embargo no quiso.

Hace unas horas
hemos estado junto a su tumba.
Casualmente la de mi bisabuela
está enfrente.

Yo me enteré de la Guerra
por la voz escrita de Miguel Hernández
y hoy acabó de saber que mi bisabuelo
murió casi por lo mismo que él.

 
De la misma forma que en ocasiones contadas
la humanidad me emociona,
otras, la aborrezco con toda mi alma.
Que todo esto sirva para pasar página
y no vuelva a suceder.

2 comentarios:

Elchiado dijo...

la humanidad no nos emociona en más ocasiones porque nos cuentan sólo lo que nos hace aborrecerla. es más fácil lidiar con desencantados y avergonzados que con personas dispuestas a influir en su universo. un beso

Sr. D. Javier de García dijo...

Pero qué bonito! Y me lo quería perder....