en estas noches viscosas de insomnio.
Mientras el colchón de Amelie se transforma
en una tabla dura y rugosa,
la habitación se queda fría
porque los fantasmas entran haciendo cola.
Madame Bovary es la primera, y encima se atreve a hacerlo
envuelta en un abrigo verde de pixeles, le sigue Dickens, enamorado de ella,
aunque la dama no lo sepa, a continuación un descerebrado entra en escena,
quiero decir, un caballero sin cabeza. Éste es quien más la inquieta, ¿por qué?
porque le oye aunque sus labios no se muevan. Y continúa la lista de extrañas apariencias...
con una mujer esbelta y con coletas, y la lengua muy negra.
Para más inri Amelie, alérgica a determinados animales, comprueba que se cuelan
gatos y perros con varias cabezas. Dios, y los que quedan en la puerta.
Ante tanta afluencia y tan poco sueño no le queda otra que preparar valerianas
a diestro y siniestro porque esto tiene tela...
2 comentarios:
que me ha encantado...
Y tú amí!!
Mucho, de verdad. ;)
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